¡Oh capitán, mi capitán!

Reus, Marco Reus. Qué temporada, qué jugador. Con el brazalete anclado en su bíceps, el internacional alemán rescató un triunfo sufrido y apasionante para el Borussia Dortmund en su visita al Hertha de Berlín, que terminó con nueve jugadores y desquiciado. Ahora le toca al Bayern.

Para ganar una Liga hay que pasarlo mal, pero lo que importa es evadir los peligros. La receta la aceptaron Favre y sus hombres, que prometen una lucha fantástica con el Bayern hasta el final de curso. En Berlín, ante un Hertha siempre peligroso, el que dio primero fue el cuadro local. El gol fue de Kalou, pero lo llamativo fue la tremenda cantada de Bürki.

Un primer golpe al que reaccionó con poderío el Borussia, con varias bajas en esta tarde de sábado. Igualó Delaney en el 14', pero apareció de nuevo Kalou para, a diez del descanso, mandar a las mallas un lanzamiento de penalti.

Con el 2-1 llegó el choque al intermedio. Al salir del mismo, Zagadou devolvió la igualada al luminoso. Restaba toda la segunda parte y lo cierto es que pudo pasar de todo, con dos equipos con muy buenas intenciones y con peligro en sus vanguardias. Grujic y Delaney se encontraron con el palo.

Pero a los puntos, el que merecía ganar era el Borussia, que en el último tramo se lanzó con todo a por el 2-3. En su ansia encontró premio gracias a Reus en el añadido, que definió con acierto y tranquilidad dentro del área. Un gol celebradísimo, no era para menos.

El Hertha de Berlín, que desde el 85' jugó con uno menos por la expulsión por doble amarilla de Torunarigha, se quedó con nueve futbolistas por una estupidez de Ibisevic, que dio un pelotazo a Bürki que desató una pequeña tangana en los últimos segundos. Ganó el Borussia; la presión, para el Bayern.