Orgullo rojiblanco en San Mamés

Arrancó el encuentro con el conjunto local queriendo asumir el protagonismo, pero enseguida se evidenciaron las carencias que han lastrado al equipo este inicio de temporada.

Aunque Herrerín se erigió como héroe con una doble intervención providencial en los primeros compases del encuentro, el Hertha de Berlín olió sangre y se avalanzó sobre su rival.

Sin el respeto inicial, el cuadro alemán empujó al Athletic a su campo y comenzó el baile con un gol de Leckie, que exhibió las miserias de la defensa vasca.

Un derribo de Langkamp a Iñaki Williams provocó el primer tanto de penalti de Aduriz, pero la alegría apenas duró unos minutos en San Mamés.

Cuando todavía la hinchada no había dejado de celebrar el empate, Selke volvió a dejar en evidencia la indolencia defensiva del Athletic para recuperar la ventaja alemana al marcador.

Demasiadas facilidades para un Hertha de Berlín que estaba subrayando cada error de la zaga rojiblanca, castigando cada fallo con un gol.

Sin embargo, tras el descanso, el Athletic salió espoleado por su afición y, en base a su actitud, cambió el sino del encuentro.

Una mano absurda de Langkamp propició el empate, de nuevo de penalti con Aduriz como protagonista, que dio paso al 'infierno' rojiblanco.

Sin pauta, pero con corazón, el conjunto local asedió la portería de un Kraft sobrepasado, dirigendo la defensa de un Hertha de Berlín desdibujado.

Un contragolpe de libro ejecutado por Susaeta y Balenziaga dejó que Iñaki Williams firmase la remontada en el minuto 82.

El éxtasis del 3-2 supuso cierto nerviosismo en un equipo que comenzó a temer por perder lo que tanto había luchado por conseguir.

A pesar de la oportunidad de Selke en el descuento, el Athletic sigue dependiendo de sí mismo para lograr la clasificación gracias a un arrebato de orgullo rojiblanco...