Özil vació la chistera sobre el Leicester

José Luis Malo hace 5 años 6.6k
Tremenda exhibición del teutón. AFP

Tremenda exhibición del alemán, que marcó el primer gol del Arsenal, fabricó el segundo y regaló el tercero. El Leicester fue un dignísimo vencedor tras una notable primera media hora, pero sucumbió ante la magia. Doblete de Aubameyang saliendo desde el banquillo.

Mesut Özil ya puede presumir de uno de los mejores lunes de su vida. El impacto del alemán en un partido que estaba cuesta arriba fue sencillamente espectacular. Desmontó una maquinaria casi perfecta del Leicester recurriendo a lo más profundo de su chistera. Sacó sus mejores trucos y la remontada fue coser y cantar (goles). 

Los 'foxes' acabaron literalmente ojipláticos. Porque habían construido, ladrillo a ladrillo, un partido muy serio en el Emirates. Si ganaban a la media hora no hay que fijarse en la suerte de que el centro-chut de Chilwell lo desvió a su propia portería Bellerín, sino en que hasta entoces habían desnudado a Emery y solo habían sucumbido ante las manos milagrosas de Leno. 

Qué bien plantado salió el conjunto de Claude Puel, qué poco reconocibles eran los 'gunners'. Así que sí, puede decirse, literalmente, que el 0-1 se convirtió en un 3-1 por arte de magia. 

Comenzó el 'show'

La primera función de Özil llegó en un momento sicológico. Agonizaba la primera mitad y encontró la subida de Héctor Bellerín, quien le devolvió la bola para firmar la primera de sus dos asistencias en la noche y así resarcirse del 0-1. El internacional de Löw definió con un tiro ajustado que antes dio en la madera. 

Esa sensación inesperada de empate al descanso invirtió los biorritmos. También agitó bien el árbol Unai Emery con su doble cambio. Aubameyang entró con los labios prestos para besar el santo. Eso sí, antes de ello, Ndidi podría haber hecho el 1-2, pero se topó con el travesaño. 

La primera bola que tocó el gabonés la empujó mansamente a las redes. Deberían haber abrazado a Özil y no a él. Porque desarmó todo el entramado defensivo del Leicester con una milimétrica asistencia filtrada para Bellerín quien, a su vez, la extendió como pase de la muerte. Sensacional el segundo truco. 

Con el Emirates aún relamiéndose de ese, llegó el tercero. Y este, como ocurre en los números de los grandes magos, rizó el rizo. O casi podría hablarse de que rizó el rizo rizado: primero asistió de tacón, luego se abrió de piernas en la frontal para dar un pase sin tocarla y terminó rascando la bola con el exterior del pie para que de nuevo Aubameyang firmara la factura. 

La imagen final del Leicester puede quedar bien resumida en cómo se fue Vardy del campo, con los tres cambios hechos y un aparente apretón. La del Arsenal es la ovación al mago cuando fue suplido por Emery. Había comenzado la noche con el brazalete de capitán y se fue con la chistera vacía. 

La décima victoria consecutiva del Arsenal le da para echarle el aliento en el cogote a Manchester City y Liverpool y para ver cómo el jardín de Emery tiene más colores que los que dejó Wenger. 

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