La 'Mannschaft' tiene un bendito problema que ya quisiera más de una selección nacional. Tiene tanto y tan bueno, que Joachim Löw va a tener problemas para meter a todos en la lista definitiva. Y, para colmo, llega Marco Reus como una moto al final de temporada.
El Borussia Dortmund pasó por encima del Bayer Leverkusen en el Signal Iduna Park. El cuadro aurinegro recuperó las buenas sensaciones, sobre todo al tratarse de un rival directo por la posición final en la Bundesliga.
Pero quizá lo mejor de todo para el Borussia, más allá de la exhibición del prometedor Sancho, fue el partidazo que se marcó Marco Reus.
Reus, el único que nunca traicionó los colores de su corazón, firmó un partido redondo ante los de la multinacional farmacéutica. Anotó un doblete, pero su actuación fue más allá.
Anotó dos, pero pudieron ser tres, si el VAR no le hubiera anulado uno de ellos. Pudieron haber sido tres si Özcan no le hubiera atajado un penalti en el primer tiempo.
Pudieron haber sido tres si Reus hubiera estado un poco más acertado en los manos a mano de que dispuso, pues tuvo al menos dos ocasiones manifiestas de gol clarísimas.
Pero más allá de sus goles, Marco Reus hizo un partido muy completo. Fue un tormento para la defensa rival en todo momento. Actuó como interior, y sus internadas por el carril central fueron como un estilete.
Marco Reus está en un estado de forma envidiable, y eso tiene una consecuencia que no estaba prevista para muchos. ¿Está para ir al Mundial? Las lesiones le han lastrado en las últimas temporadas, pero parece haberlas superado.
Joachim Löw se encuentra ante una alternativa más que probable para su ataque. El mejor Reus ha vuelto, y lo ha hecho en el mejor momento posible. La gran duda es si merece ser llamado por una buena recta final de temporada, en detrimento de otro jugador que quizá haya sido más regular durante todo el curso.
El problema de Reus no ha sido su desidia o dejadez. Las lesiones le han impedido rendir al nivel al que sabemos que puede jugar. Quizá por eso el dilema esté ahora mismo sobre la mesa del seleccionador alemán. Reus no es flor de un día y lo de hoy ante el Bayer no ha sido casualidad.