Los futbolistas Álex Granell y Rubén Alcaraz son bajas sensibles para el centro del campo del Girona en el transcendental partido de este sábado frente al Alcorcón, en el que se espera un lleno absoluto en Montilivi.
El entrenador del conjunto catalán, Pablo Machín, se ha encontrado con un contratiempo inesperado, ya que no podrá contar con los dos hombres que suelen acompañar a Pere Pons en las labores defensivas en la medular.
El partido del fin de semana cobra trascendencia, ya que el Girona podría sellar en él su ascenso a Primera División si gana y Getafe, Tenerife y Cádiz no lo hacen.
El caso más preocupante es el de Rubén Alcaraz, que sufrió una rotura fibrilar hace diez días ante el Huesca y que, aunque en una primera evaluación se calculaba que sólo estaría de baja dos semanas, una nueva exploración ha confirmado se le ha acabado la temporada, según ha explicado el Esportiu de Catalunya.
Por otro lado, Álex Granell, que ha disputado hasta hoy veintiocho encuentros esta campaña partiendo en veintidós de ellos como titular, tampoco podrá estar el sábado en el césped de Montilivi.
El centrocampista catalán deberá cumplir ciclo de amonestaciones tras ver la décima tarjeta amarilla en el campo del Levante y se perderá por tanto el duelo ante el Alcorcón.
Para suplir estas dos bajas, las alternativas para Pablo Machín parecen apuntan a introducir a Eloi para que ayude a Pere Pons en el centro del campo o a otra opción bastante más ofensiva que pasa por juntar a Borja y Portu como interiores y volver a los dos puntas con Longo y Sandaza arriba.
La euforia que está viviendo la ciudad es tal que, a falta de seis días para el partido, el club hizo oficial este lunes que no hay más localidades disponibles para el encuentro frente al Alcorcón.
La plantilla vuelve este martes a los entrenamientos después de haber disfrutado de casi dos días de fiesta con la vista ya puesta en la final de este sábado frente al equipo madrileño.