En un tiempo extra vibrante, el colegiado pitó penalti a favor de Estados Unidos. Christian Pulisic no falló desde los once metros, puso el 3-2 para los suyos y en la celebración mandó callar al público.
No apto para cardiacos y con recomendaciones sanitarias de tener un desfibrilador al lado del mando de la televisión. Así pudo definirse la final entre México y Estados Unidos en la Liga de Naciones de la CONCACAF.
El encuentro llegó a la prórroga con 2-2 en el marcador. Terminaron los 90' reglamentarios y empezaron los 30' extras. Y todo explotó en la recta final.
En una jugada que anteriormente no vio el colegiado, gracias al VAR pitó un penalti sobre Pulisic que el propio jugador del Chelsea se encargó de transformar.
Lo que desató la locura llegó luego. El de EEUU mandó callar en su celebración, algo que molestó, y mucho, a la hinchada mexicana, que pagó su furia con él.