Con Iago Aspas como gran protagonista, el Celta de Vigo se impuso con autoridad al Cádiz en el primer partido de la cuarta jornada de Primera División. Los gaditanos, que tan solo aguantaron cuando Luis Hernández se mostró a su mejor nivel, estuvieron secos de ideas y apenas tuvieron opciones en Balaídos. Cayeron por 3-0.
¿Quién si no? El 'príncipe de las bateas' se ha ganado a pulso esta distinción. Año tras año, toma las riendas del Celta de Vigo y lo hizo una vez más, esta vez en el arranque de la quinta jornada de la Liga, para derrotar a un Cádiz hundido. Los andaluces son colistas de la categoría con cuatro derrotas de cuatro.
La más reciente, la que ocupa esta noticia, se dio, en gran medida, gracias a una gran actuación de Iago Aspas. El '10' estuvo soberbio, como de costumbre, para hacer efectiva la superioridad de los suyos aunque hubiera que esperar para hacerlo. Todos los goles tuvieron lugar en la segunda mitad, cuando la inferioridad de los amarillos pasó de latente a evidente.
La imagen que mostraron los de Sergio González fue preocupante. Faltos de ideas y de ritmo, los suyos tan solo se aferraron a la posibilidad de pelear por el partido cuando Luis Hernández se erigía en el baluarte de su defensa. El ex del Málaga firmó unos buenos primeros 45 minutos a los que hay que acudir para entender el ejercicio de aguante de su equipo.
También es cierto que, en este periodo, el Celta, si bien dominaba, no lo hacía de manera tiránica. Esto ocurrió más tarde, cuando el central antes referido se vio cada vez más desaparecido entre desconexiones de sus compañeros y el inevitable cansancio del correr de los minutos. El 3-0 acabó siendo justo por lo que el terreno de juego atestiguó.
Un error en la salida de pelota propició que Iago Aspas abriera la lata. El Pacha Espino, desacertado en este encuentro, se equivocó al querer sacar la bola de su campo y se la regaló a Gabri Veiga, que, con metros por delante, se asoció con el '10'. Este, en cuanto se arrimaba al área de Ledesma, le ajustició con la suerte de que el cuero dio en un rival.
El 'príncipe de las bateas' también protagonizaría el tanto de la sentencia un rato después, cuando, con el 2-0 ya en el luminoso, obró una tercera diana de museo. Desde la frontal, retó a Ledesma con un zapatazo muy técnico, usando el interior de la bota izquierda. El esférico, con efecto, entró muy cerca de la escuadra y fue imparable para el cancerbero.
Pero no solo él es el hombre de la victoria. El mérito residió, aparte de, evidentemente, en todo el equipo, especialmente en el 'Chacho' Coudet. Confió en Larson y Gabri Veiga como revulsivos y, prácticamente al minuto de entrar, los dos participaban activamente en las acciones de ataque de los suyos. Ambos asistieron, de hecho.
El encargado del segundo gol, eso sí, fue un titular: Óscar Rodríguez. Ya había avisado con la ocasión más potable de la primera parte, cuando desafió a Ledesma con un zapatazo lejano que el guardameta tuvo que atajar en dos tiempos. Desde mucho más cerca y tras una concatenación de pases al primer toque de muchísima técnica por parte del Celta, sí que pudo definir con seguridad al fondo de las mallas. Acabaría lesionado de la rodilla.
El Cádiz es el equipo que en peor forma ha arrancado la temporada. Su casillero cuenta cero victorias, cero puntos y cero goles. Las cuatro jornadas que ha disputado se han contado por derrotas y esta fue una especialmente dolorosa porque supuso asumir que, una vez cerrado el mercado de fichajes, la plantilla se aboca a un curso muy duro.
Los de Sergio González, sin ideas y sin soluciones, apenas presentaron batalla en Balaídos. Se pueden contar con los dedos de una mano las ocasiones en las que se acercaron a los dominios de un Marchesín correcto que actuó bien cuando le tocó. Ni el descaro de Alejo ni la insistencia del Choco Lozano ayudaron.
Para colmo, el siguiente encuentro de los gaditanos será contra el renovado Barcelona, que visitará a los andaluces una vez haya vivido su primer encuentro de la campaña en la Champions League. Las novedades estelares de mercado de Joan Laporta amenazan a unos amarillos muy verdes en este inicio de año deportivo.