Rakitic contó cómo conquistó a su mujer

"¿Ves a esa camarera? Me voy a casar con ella". Rakitic lo tuvo claro desde la primera vez que vio a aquella chica y con estas palabras le confesó a su hermano el flechazo que estaba sintiendo. 

"Aún sigo nervioso, vamos a tomarnos otra", pidió el croata, abrumado. Al día siguiente, firmó su contrato con el Sevilla y se fue a vivir al hotel donde ella trabajaba. Allí estuvo tres meses mientras buscaba casa.

Rakitic ya tenía un plan para poder acercarse a ella, aunque no sería fácil por la barrera del idioma. "Cada mañana iba al bar del hotel a por un café o una fanta de naranja para poder verla. Lo único que sabía es que su nombre era Raquel", explicó el jugador.

"No hablaba ni una palabra de inglés y a mí me pasaba lo mismo con el castellano. Así que todos los días le decía lo mismo: "buenos días, Raquel. Un café y un Fanta naranja", reveló.

¿Entonces cómo podía sentir algo tan fuerte por ella, se preguntan muchos? Eso también lo explicó: "No sé cómo explicarlo. Algunas veces, conoces a una persona y sientes algo completamente diferente a lo que estás acostumbrado. Cuando la vi fue como una bomba que se metía dentro de mí".

Fue entonces cuando Rakitic se dio cuenta de que tenía que aprender algo de español. "Empecé a aprender castellano poco a poco y, cuando fallaba y no encontraba las palabras exactas, usaba mis manos para tratar de explicarle lo que quería decir... A ella le hacía gracia, era como: Yo ... Jane. Tú ... Tarzán", contó.

Sin embargo, tampoco fue fácil cuando ya manejaba algo de castellano: Rakitic admitió que pidió salir a Raquel unas 20 o 30 veces, pero ella siempre inventaba alguna excusa. Ella siempre decía que tenía que trabajar y luego, dormir. 

El ex del Sevilla encontró casa y se fue del hotel, así que pensó que todo había acabado. Pero Rakitic es un tipo paciente y no se dio por vencido: cada día iba a tomar café para verla. "Bebía tanto café que era ridículo", confesó. 

Pero el plan empezó a dar sus frutos, ya que mientras tanto iba mejorando su español. Hasta que un día Raquel le confesó la razón por la que siempre le rechazó: "Eres un futbolista. Podrías irte a otro país el año que viene... Así que lo siento, pero no".

Todo cambió el día que el croata se enteró de que ella estaba en el hotel, pero no trabajando, sino tomando algo con su hermana. Acudió inmediatamente y le pidió una cena. 

Ella aceptó y el resto es historia: llevan seis años juntos, se casaron hace cuatro y tienen dos hijas. Todo su esfuerzo y su paciencia dieron sus frutos, pero no fue nada fácil... "Ha sido lo más duro que he hecho en mi vida, más duro que ganar la Champions League", aseguró Rakitic.