El fútbol quedó tristemente opacado en la victoria de Junior sobre Atlético Bucaramanga por culpa de la violencia. El partido, correspondiente al Cuadrangular del Apertura 2024, tuvo que ser parado durante diez minutos por un enfrentamiento entre barras bravas del equipo local que se saldó con al menos 13 heridos, entre ellos un apuñalado.
Junior afrontaba una cita clave para seguir vivo en la lucha por la final de la Liga Dimayor y cumplió. Venció por 1-0 a Atlético Bucaramanga gracias a un gol de Carlos Bacca a los 49 minutos de juego, de modo que llegará a la última fecha del Cuadrangular empatado con Deportivo Pereira a 8 puntos. Sin embargo, lo festivo que esto conlleva quedó eclipsado por culpa de los ultras.
Apenas transcurrían diez minutos de partido cuando en las tribunas del Estadio Metropolitano Roberto Meléndez se formó una brutal pelea entre hinchas, pero no entre locales y visitantes, sino dentro de los propios seguidores de Junior. Según los medios locales, entre facciones del Frente Rojiblanco Sur. Unos hechos que llevaron a detener el partido temporalmente y a que los futbolistas ingresaran de nuevo en los vestuarios.
Las redes sociales se llenaron rápidamente de imágenes grabadas por periodistas y aficionados. En ellas se podía ver cómo algunos de los barras bravas portaban armas contundentes y armas blancas. De hecho, en medio de las peleas hubo al menos un hombre apuñalado. El resto de seguidores trataban de huir de los altercados.
Según la Policía, el balance inicial de la riña fue de 13 heridos, de los cuales cuatro tuvieron que ser remitidos a centros hospitalarios de Barranquilla. Las autoridades señalan también que 12 personas fueron retenidas y se impusieron 14 sanciones tras los disturbios. Al término de los mismos, una vez reubicados 150 aficionados y en acuerdo con los oficiales, el partido se pudo reanudar.