El Real Madrid atraviesa un bache de resultados, y justo coincide con los mayores cambios introducidos por Carlo Ancelotti en el equipo. Al conjunto blanco le cuesta adaptarse a los cambios que exigen las obligadas rotaciones.
Todo iba viento en popa, hasta que se llegó a ese punto del calendario en el que el sentido común aconseja hacer cambios y dar descansos. Y eso ha coincidido con el bajón de prestaciones ofrecido por el Real Madrid.
Ganó 6-1 al Mallorca y parecía lanzado, pero entonces todo se torció. El empate sin goles ante el Villarreal fue el primer revés, pero lo peor estaba por llegar.
En Champions, competición fetiche de los blancos, el Sheriff dio la sorpresa al tomar el Bernabéu, y el conjunto 'merengue' se fue al parón cosechando una nueva derrota, ante el Espanyol en Barcelona.
Tres partidos con un denominador común: Ancelotti hizo cambios sustanciales con respecto a los anteriores. Entre cuatro y cinco cambios con respecto al once tipo del comienzo de la temporada.
Y tanto cambio le ha pasado factura a los blancos. Las rotaciones solo funcionaron ante el Mallorca, y ante el Villarreal, si se considera que un empate sin goles es un resultado aceptable ante un rival como el entrenado por Emery.
Las lesiones también han influido en los cambios, no solo las rotaciones. Y aunque Ancelotti todavía no haya repetido once, lo cierto es que cuanto menos lo toca, mejor le va al equipo. El problema es que el calendario es exigente, y los futbolistas, como recordó Courtois, no son autómatas.