Tres años han pasado desde que a Salva Ruiz le diagnosticaron aplasia medular, una enfermedad que hace que la médula no pueda producir plaquetas o glóbulos rojos.
El jugador, que era por aquel entonces una de las joyas del Valencia y de su cantera, tuvo que dejar de lado el fútbol para dedicarse por completo a su recuperación. Eso sí, los médicos nunca le dijeron que no volvería a jugar.
"A eso me aferré. Reconozco que durante parte de los dos años que tuve que estar parado no me apetecía jugar al fútbol. Me dolía no poder jugar y eso me ayudó a pelear", dijo Salva Ruiz en unas palabras en 'AS'.
Poco a poco se fue recuperando y su estado de ánimo fue creciendo a medida que pasaban los días hasta que Voro le dio el premio de entrenar una vez con el primer equipo.
Cuando Salva Ruiz se recuperó por completo y le ganó la batalla a la enfermedad, ya no hubo quien le parara. Se fue al Granada y acabó en el Mallorca jugando casi 20 partidos en la pasada temporada y logrando el ascenso.
En esta pretemporada ya se encuentra a las órdenes de Marcelino y hará lo posible para quedarse en el primer equipo después del calvario que pasó hace tres años.