El argentino Jorge Sampaoli siempre se ha caracterizado por su curiosa forma de vivir los partidos desde la banda. No para: camina de un lado a otro, da indicaciones, grita, protesta... es un auténtico nervio cerca del banquillo y un incordio para el cuarto árbitro.
Y no suele tardar en pasarse de la raya. En la última derrota de su equipo, Atlético Mineiro, frente a Palmeiras por 3-0, el argentino se ganó a pulso una tarjeta amarilla que el árbitro no dudó para mostrarle.
Una amonestación que se traduce en sanción. Al acumular su tercera amarilla, cumple ciclo -el segundo de la temporada- y no podrá estar frente a Flamengo en la siguiente cita de Liga.
Los cuatro partidos que acumula Atlético Mineiro sin conocer la victoria poco a poco colman la paciencia del míster.