Sin fuego no se puede matar al dragón

Ismael Touat hace 6 años 40.5k
Cristiano volvió a marcar. AFP

El Real Madrid toma París y le pone a la eliminatoria la grandeza que no tuvo un PSG menor y que apenas inquietó al conjunto de Zinedine Zidane. El Madrid, vigente campeón, sigue adelante en la competición y desnuda el millonario proyecto parisino, nuevamente fracasado.

El Madrid estará en cuartos de final tras poner en evidencia el estrépito de Unai Emery y su grupo de futbolistas. Con un partido básicamente correcto con ráfagas de brillantez, el Madrid terminó de aniquilar todo un proyecto cimentado en cientos de millones de euros. No es que el club blanco pueda presumir de austeridad, pero el fuego sagrado es suyo, especialmente en la Champions: si el PSG gritó "esto es París", los chicos de Zidane replicaron con un "esto es el Real Madrid". La historia es conocida.

Podrá escudarse el PSG en que Neymar, el jugador más caro de la historia, no estuvo sobre el campo, pero el Madrid saltó al Parque de los Príncipes sin Kroos ni Modric, que vienen a ser su brújula y su timón. Le dio igual eso al Madrid, en cuyo ADN están escritas las palabras Champions League, en donde es martillo de Thor, espada de Excálibur y Kryptonita al mismo tiempo. Lo padeció el PSG, quien en lugar de escudarse en sus recursos futbolísticos prefirió un discurso bélico. Lo que se encontraron en París es que el señor de la guerra en esta competición viste de blanco.

Zidane planteó el partido más lógico por las molestias recientes de sus futbolistas. Inundó el centro del campo de minas y jugó a ser paciente. Sorprendió el arranque del conjunto francés, quien lo fió todo a un arrebato de última hora. Nada de salidas en tromba, ni de presión infernal. Al final el infierno resultó ser el Madrid

Di María salió animoso, pero su fútbol apenas tuvo el efecto de una gaseosa. El PSG se encomendó excesivamente a Neymar desde el comienzo de la temporada, y cuando faltó no supo qué hacer. Culpable Unai Emery, entrenador de un club que se gastó 400 millones en dos jugadores para acabar en el campo con Lass Diarra, quien hace seis meses estaba semi jubilado.

El PSG tiende a partirse, otro defecto que no ha sabido corregir Emery, y ello lo aprovechó el rival con balones a la espalda de los centrales. En el 38' tuvo Benzema la ocasión más clara de la primera parte (junto con un remate de Ramos tras un córner sacado en corto). Fallido partido el del francés, quien descifra enigmas como pocos, pero al que le falta ánimo o instinto para tumbar puertas a patadas. En esto es experto Cristiano Ronaldo, nuevamente el ariete para la conquista parisina. Antes del gol del portugués Keylor repelió una buena ocasión de Mbappé.

Cristiano no falla

Tras el descanso, golpeó primero el Madrid y su adversario no se levantó. Asensio hipnotizó a Alves, Lucas puso un balón bombeado al segundo palo y allí compareció Cristiano. Emery movió el árbol y la entrada de Pastore confundió a la zaga blanca, quien no supo detectar sus primeros movimientos. Llegó el gol de Cavani.

El empate fue una ilusión óptica. El Madrid acabó el partido con tres tiros al poste, y sin hacer un fútbol especialmente sobresaliente. Antes del tanto de Cavani, fue Asensio el que probó la madera. Casemiro, tras otro contragolpe de manual y bien hilado por Ronaldo, hizo justicia.

Si el Madrid no acabó con más goles fue porque le faltó algo de tino y porque Benzema, en lugar de disparar solo, prefirió esperar a sus compañeros. El PSG se llevó el primer sopapo y no se recuperó. El Madrid ha engullido el proyecto catarí. No se puede matar al dragón sin gigantes ni fuego.

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