Sobrino mantiene vivo al Alavés

Juan Ribón hace 6 años 5.6k
El Valencia ganó, pero se lleva un mal resultado a Mendizorroza. EFE

Un golazo de Rubén Sobrino mediada la segunda parte ha dado la vida a un Alavés que se plantó en Mestalla valiente, pero que terminó asediado por el Valencia, aunque no goleado.

Una derrota a veces tiene sabor a victoria. Que se lo digan al Alavés, que se plantó en Mestalla con muchos suplentes, pero que dio más de un quebradero de cabeza a un Valencia que quizá confió demasiado en sus posibilidades.

El Valencia intentó ser el que generase el fútbol, el peligro. Pero fue el Alavés el que empezó golpeando primero. Necesitó dos minutos Rubén Sobrino para meter el miedo en el cuerpo al Valencia.

Había salido descentrado el conjunto local, y Hernán Pérez lo confirmó en el 5'. Un zapatazo suyo se estrelló en el palo y heló la sangre del público valencianista. Lo que parecía ser un trámite no iba a ser tal.

El Alavés no había viajado a Valencia a ver como los de Marcelino le bailaban. Pero las intenciones no siempre bastan, y conforme pasaron los minutos el Valencia demostró que es superior en lo futbolístico.

Una ocasión tras otra: Kondogbia, Guedes, Parejo y Gabriel Paulista... Era un goteo contínuo que no tenía como premio el gol. Entre medias, los contragolpes de un Alavés dispuesto a hacer daño al Valencia a la contra.

Jaume tuvo que trabajar antes del descanso, y después

Llegada la media hora, el Valencia levantó un poco el pie, y eso permitió que el Alavés disfrutara de sus mejores ocasiones, pero ni el paraguayo Hernán Pérez ni John Guidetti tuvieron la fortuna de su lado. Jaume estuvo espléndido en ambas paradas.

Tras el descanso, más de lo mismo. Pero el paso del tiempo empezó a inquietar al Valencia. Tanto, que las protestas terminaron por hacer al colegiado del encuentro expulsar al fisioterapeuta del conjunto 'che', a la sazón el hijo de Marcelino.

Entonces, pasada la hora de partido, ocurrió lo que nadie en el Valencia deseaba, y que pocos esperaban. Sacó Sivera de puerta, Rubén Sobrino controló en la medular, con el pie, casi sin oposición.

Combinó con el recién entrado Munir, el hispanomarroquí le devolvió la pared, dio tres pasos y no dudó. Zapatazo imparable para Jaume que dejó boquiabierto a todo Mestalla.

El Alavés se saltó el guión

El Valencia estaba obligado a reaccionar, y comenzó a apretar. Se volcó por la banda derecha, y los duelos Diéguez-Guedes resultaron a la postre vitales.

Marcelino había metido al partido a Rodrigo incluso antes del gol de Sobrino, y en cuanto metió a Santi Mina por un hoy menos afortunado Vietto, la cosa cambió.

Centró Guedes en el 73' un balón al área. Diéguez lo tocó ligeramente y eso descolocó a Sivera. El portero del Alavés, quizá demasiado confiado, se tiró para despejarla, pero lo que hizo fue metérsela en su portería.

Comenzó el asedio

El gol fue un mazazo, máxime cuando fue por un error de tu propio portero, aunque sus compañeros le diesen todos los ánimos del mundo, conscientes de que quedaba mucho y lo que se les venía encima.

En efecto, el Valencia metió más de una marcha más, y arrolló al Alavés. Y cuando Diéguez vio la segunda amarilla, a Abelardo le quedó claro que hoy iba a sufrir pero bien.

No tardó en llegar el gol de la remontada. Un genial pase de Santi Mina para el desmarque de Rodrigo que el internacional español remató de primeras, imparable al palo corto.

Quedaban ocho minutos más el añadido, en los que el Valencia buscó ampliar su ventaja, y el Alavés achicó balónes sin renunciar a sus contragolpes.

Finalmente el triunfo se quedó en casa, pero el Alavés no se va triste a Vitoria. Sólo debe marcar un gol en Mendizorroza para plantarse otro año más en semifinales. Y visto lo visto hoy, con los suplentes ante un Valencia titular, no es nada descabellado.

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