El Girona fue superior en el duelo que enfrentó al cuadro de Míchel con la Real Sociedad B. Al conjunto catalán le bastó con dos tantos para superar al filial vasco, que se acerca cada vez más al descenso.
El Girona llegaba al duelo ante la Real B después de caer en casa del Zaragoza, por lo que recuperar sensaciones era la máxima prioridad para el cuadro de Míchel. Por su parte, la Real Sociedad B estaba en la obligación de ganar para cambiar la dinámica y optar al milagro de la permanencia.
Los primeros veinte minutos de juego tuvieron un ritmo lento, aunque se jugó a lo que quería el conjunto catalán. Los locales donimaban sin causar demasiado peligro, mientras que el equipo entrenado por Xabi Alonso tenía dificultades para superar la defensa rival.
En la recta final del primer tiempo, los albirrojos tuvieron las ocasiones más claras para adelantarse en el electrónico. Stuani, uno de los más activos durante el primer tiempo, pudo abrir la lata en el 36'. El delantero enganchó un centro al área con la cabeza, pero su remate se marchó por muy poco, cerca del poste derecho.
No obstante, la más peligrosa llevó el sello de Álex Baena. El futbolista le pegó con delicadeza y el cuero cogió una rosca que obligó a Zubiaurre a tener que lucirse. El guardameta se estiró y con la yema de los dedos despejó un balón que se colaba entre los tres palos. Al descanso, ningún conjunto pudo imponerse sobre el otro, pero las más claras fueron para los pupilos de Míchel.
A la vuelta de vestuarios el compromiso fue mucho más vertiginoso. Ambos equipos dejaron la especulación que se vivió en la primera parte y salieron en busca del gol. Lobete estuvo cerca de dar el susto en Montilivi, con un remate al primer toque que estuvo cerca de acabar al fondo de las mallas. Sin embargo, a los pocos minutos el partido se decantó para los catalanes.
En el 61', Stuani se perfiló dentro del área, pero fue derribado por Urko, quien cometió un penalti que fue convertido por el propio uruguayo. El 'pichichi' del Girona cogió la pelota y no falló desde los once metros. Le pegó con potencia y a media altura.
Xabi Alonso trató de cambiar el rumbo del partido e introdujo a Karrikaburu para intentar lograr el empate, pero para desgracia de los visitantes, la misión se tornó en imposible cuando Nahuel Bustos puso tierra de por medio.
El atacante entró en sustitución de Stuani y volvió a demostrar que no necesita mucho para ver puerta. Casi al cierre del encuentro, llegó la sentencia del Girona: gran conducción de Arnau, pase al hueco bien preciso para Nahuel y definición exquisita a la red para cerrar el duelo.
La cita acabó con un Girona que se afianza en los puestos de 'play off' y se permite soñar con alcanzar el ascenso directo. Por su parte, Xabi Alonso sigue sin dar con la tecla y parece que su equipo se precipita inevitablemente a la Primera RFEF.