Timo Werner o cómo un 'piscinazo' puede ponerte a todo un país en contra

Isabel Ruiz hace 6 años 11.1k
Timo Werner es insultado hasta cuando juega partidos con Alemania en su país. Twitter/willy_sagnol

Que entre España y Alemania hay diferencias culturales y sociales muy llamativas es bien conocido por mucha gente, pero esto es algo que se refleja también en el fútbol... ¿Cómo se tratan en Alemania actuaciones que en España se califican de 'pillerías'?

"Pillo, pilla: dicho de una persona: pícara y hábil para engañar a los demás". Así lo define la Real Academia Española (RAE).

España es conocido por ser un país de pillos, algo que se aplaude también en los terrenos de juego. ¿Quién no recuerda la acción de Busquets destapándose los ojos en el suelo, comprobando si el colegiado vio que había fingido? ¿O algún 'piscinazo' de Cristiano o Neymar? ¿Y el gol de Nacho, de falta ante el Sevilla, con Marco Asensio aún en el suelo y los rivales de espaldas?

Ese tipo de acciones son condenadas por muchos aficionados en España, pero otros también aplauden la astucia de algunos jugadores, que pueden recibir un halago del tipo "qué crack" por su picardía. En cualquier caso, ninguno de ellos ha sido condenado por ello como lo ha sido Timo Werner (21) en Alemania. 

Y es que el delantero es el futbolista más odiado del país. Lo recuerda el periodista Guillermo Villaverde. Werner es insultado en cada estadio. En todos. Incluso cuando juega con la selección en casa recibe malas palabras y pitos. ¿La razón? Protagonizó un 'piscinazo' contra el Schalke 04 y en Alemania está muy mal visto. Se considera como un acto antideportivo, nada limpio y no se le perdona. 

El atacante le confesó al árbitro que Fährmann, el portero rival, no le había tocado. Da igual: el daño estaba hecho y esta acción le persigue ocho meses después. 

A Timo Werner se le tiene tanta aversión en Alemania que recibe cánticos ofensivos hasta fuera de los terrenos de juego. Incluso cuando acude a programas de televisión, a conciertos o un mundial de dardos es insultado. Esto ha provocado que el jugador tenga que buscar ayuda psicológica. 

El futbolista volvió al Veltins Arena por segunda vez desde su 'piscinazo'. Que defienda la camiseta del Leipzig, club no demasiado querido en la Bundesliga, no le ayuda, pero es significativo el recibimiento que le ofreció el club de Gelserkichen: le presentó en el videomarcador teñido de negro. Sin foto. Sólo le pasó a él. 

¿Casualidad? Seguro que Timo Werner no esperaba que su acción tuviese estas consecuencias, pero ¿está siendo juzgado en demasía? ¿Le perseguirá mucho tiempo más su intento de engañar al árbitro?

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