La resistencia del Real Madrid volvió a salir a escena en la final de la Champions League de Wembley. Tras un comienzo accidentado por la entrada al campo de tres espontáneos que se las apañaron para permanecer alrededor de un minuto sobre el césped antes de que los empleados de seguridad les echaran, el Borussia Dortmund dominó hasta el descanso. En este tramo, dispuso de tres ocasiones claras para marcar.
La primera corrió de la cuenta de Karim Adeyemi. El joven extremo recibió un pase raso en largo por parte de Matts Hummels, que detectó que se desmarcaba a la espalda de Dani Carvajal. El lateral tuvo tiempo de reponerse porque, en el mano a mano con Thibaut Courtois, su rival se echó la pelota a la izquierda para esquivar al belga y, si bien lo logró, se quedó sin ángulo antes de que el español intercediera de nuevo para taponar el tiro con el que intentó finalizar la jugada.
Poco después, Niclas Füllkrug aprovechó un balón filtrado, aunque desde bastante más cerca que aquel lanzado partiendo de la línea de atrás unos instantes antes, y remachó hacia la madera izquierda de la meta 'merengue'. El poste salvó a los de Carlo Ancelotti, aunque, en caso de no haberlo hecho, la oportunidad se habría revisado porque dio la sensación de que el delantero estaba ligeramente adelantado a los guardianes blancos.