El entrenador de la Real Sociedad, Eusebio Sacristán, recupera la tranquilidad con el triunfo ayer en Mendizorroza (0-2), cinco partidos después de encajar goleadas y tras confirmar que si el rival se queda a cero la victoria es prácticamente segura.
El gran problema de los donostiarras podría haber quedado resuelto con el trabajo realizado durante el parón liguero porque la Real era el equipo más goleado de Primera División junto al Eibar y venía de encajar catorce tantos en los cinco últimos encuentros.
Los blanquiazules únicamente han conseguido dejar a su rival sin marcar en tres partidos de esta temporada, dos de Liga ante el Villarreal (3-0) y el de ayer, al que se suma el de la Liga Europa contra el Rosenborg (4-0), los tres con el signo del triunfo para los vascos.
La mejora defensiva evidenciada en el campo del Alavés se completó, por otro lado, con la habitual pegada que exhiben los realistas y el gran momento de Mikel Oyarzabal, camino de hacer el mejor año de su carrera.
Oyarzabal suma con el de ayer cuatro goles. Su récord profesional está en los seis tantos de hace dos temporadas, pero lo más positivo para la Real es que el delantero eibarrés, tras una pasada campaña mediocre, demuestra que sigue en la senda para ser una gran figura a sus 20 años.