Un desliz en defensa de Las Palmas puso cuesta abajo pronto un partido que el equipo acabó pudiendo remontar y que terminó empatando ante el Ibiza por 1-1. Los de Pepe Mel se erigieron en los principales dominadores de la cita. Les faltó efectividad ante un contrincante que supo sufrir y aguantar.
Las Palmas se quedó con las ganas de regalarle a su afición una alegría en su encuentro de la quinta jornada en Segunda División. El conjunto de Pepe Mel se vio las caras con un Ibiza al que dominó, pero al que no derrotó porque la efectividad es un aspecto innegociable en la categoría de plata y lo gobernaron los de Juan Carlos Carcedo.
Estos, en líneas generales, fueron a remolque, aunque esto no quiere decir de ninguna manera que jugaran un mal partido. Todo lo contrario. Supieron sufrir cuando debían hacerlo, crecerse cuando los amarillos se hacían con el control de la bola y los tiempos y aguardar a su oportunidad de convertir esta labor en gol.
Sucedió pronto, en el minuto 12. Un pase atrás de la zaga local se trocó en tragedia cuando Nono, ante un Mfulu que ya se había dado cuenta de que era demasiado tarde, asistió a Castel. El '17', definición técnica con el exterior de la bota zurda, no dio opción a Raúl Fernández en el mano a mano y los canarios se encontraron con un problema grave y tempranero tras un buen arranque.
De ahí en adelante, Peñaranda, Jesé y Pejiño, especialmente Pejiño, comandaron la ofensiva para el empate y, cuando el empate llegó, la remontada. La falta de tino de un insistente '10' se vio compensada con la entrada del joven Alberto Moleiro en la segunda mitad. Se apoyó en una asistencia elegante de Pejiño previo jugadón por la banda para firmar el 1-1.
Antes -y después, en realidad-, la defensa ibicenca y Germán hubieron de embarrarse para defender sus opciones de puntuar. El cancerbero, muy atento a los zapatazos de Pejiño y los golpeos de Peñaranda buscándole el palo largo. Sí que se le escaparon algunos balones de fácil recepción como uno que cerca estuvo de cazar Sergio Ruiz. Afortunadamente para él, todos quedaron en 'casis'.
Este cómputo de ocasiones quizás hubiera resultado en la remontada canaria de no ser porque la intensidad de su machada fue intermitente. Intensa desde el gol de Castel, perdió enteros con el comienzo de la segunda parte, la reavivó el tanto de Moleiro -minuto 68- y se desinfló de nuevo en lo que el cronómetro tardó en repartir los puntos.