Un gélido Celta-Villarreal

BeSoccer hace 3 años 146
Celta y Villarreal se unieron a la nueva normalidad del fútbol. EFE

Así fue el choque entre celestes y amarillos, sin público como estaba previsto y con escaso ambiente en la previa.

El partido a puerta cerrada de este sábado entre el Celta de Vigo y el Villarreal en el retorno de LaLiga Santander ha dejado una imagen inusual en los aledaños de Balaídos, sin los niños agolpados en las vallas para fotografiar a sus ídolos a la llegada de los equipos al estadio o las terrazas de los bares completamente vacías.

La cafetería Don Balón, un histórico de la zona que acostumbra a acoger a cientos de aficionados antes de los encuentros, se encuentra vacía; solo cuatro personas toman café, cuando en la previa de cualquier partido anterior a la crisis sanitaria estaría con el aforo completo. Lo mismo pasa en la cervecería The Movie, lugar de concentración de muchos peñistas: no hay cánticos, no hay fiesta.

El fútbol sin aficionados también ha desencadenado una brutal caída de las ventas en la tienda que el club vigués tiene en los bajos del estadio. Tampoco allí se ven aficionados, como suele acontecer un día de partido. Es otra de las numerosas consecuencias de la nueva realidad futbolística. Hay más: el Celta ha reducido considerablemente la contratación de personal de seguridad; la fila de periodistas para recoger las acreditaciones es mínima.

El fundido a negro también se traslada al interior del estadio. Hay fútbol, pero es otro fútbol. Los fotógrafos y el tercer comentarista de la televisión con derechos han desaparecido del césped. Los recogepelotas ya no están en todas las partes -solo se ven cuatro-. El silencio reina en las gradas; parece una discoteca sin música.

Los futbolistas del Villarreal saltan a pisar el césped con sus mascarilladas personalizadas; los del Celta se sientan en las gradas de Tribuna, también con sus mascarillas. Es la nueva realidad del fútbol mundial tras la aparición del COVID-19.

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