Gerard Piqué puso punto y final a su carrera como futbolista en un Camp Nou a rebosar, en la victoria en Liga contra el Almería de la decimotercera jornada del campeonato. Tanto en el momento de ser sustituido como una vez concluido el choque, se vivieron momentos de máxima emoción. El central tomó la palabra, micro en mano, tras la cita para dirigirse por última vez con las botas puestas a los seguidores.
"En primer lugar, muchas gracias a todos los compañeros, 'staff', fisios... En la vida, te das cuenta de que, a veces, amar es dejar ir...", empezó antes de romper a llorar. Entonces, tuvo que emplear unos segundos en recuperarse. "Yo creo que, de tanto amor entre el Barça y yo, era el momento de de dejarnos un espacio, un poco de aire, y estoy seguro de que, en un futuro, volveré", agregó después.
A esta última frase la interrumpieron cánticos de "presidente, presidente" que adelantan el puesto al que aspirará en el futuro no muy lejano. Además, él lo dejó caer: "Esto no es una despedida, ya lo dije con 16 años cuando me fui al Manchester United y volví. Como me decía mi abuelo, nací aquí y moriré aquí. ¡Visca el Barça!".
Tanto sus compañeros como su entrenador, Xavi Hernández, que también compartió vestuario con él, le rodearon en el césped, le mantearon y le acompañaron en estos momentos de emoción. De hecho, al técnico se le pudo ver especialmente afectado, constantemente al borde de las lágrimas, mientras veía a una leyenda decir adiós.