El Manchester City no falló en su cita con el Brighton y sumó los tres puntos necesarios para revalidar el título de la Premier League. Pese a la euforia final, Glenn Murray aprovechó los nervios iniciales de los de Guardiola para tensar el desenlace.
Arrancó el encuentro como se esperaba: el Manchester City dominaba el balón y el Brighton esperaba para salir al contragolpe. Un guion que daba poco margen a la sorpresa en el Falmer Stadium, donde Pep Guardiola confiaba asestar el golpe definitivo.
Pese al asedio sostenido de los 'citizen', los nervios se fueron apoderando de los visitantes, más espesos que de costumbre. El vértigo de fallar nublaba al centro del campo más inteligente de la Premier League, apagando las luces de los mediocentros más brillantes del campeonato.
El paso de los minutos hacía mella en un duelo que se disputaba en dos estadios. Pese a correr sobre el césped de Brighton, el Manchester City tenía la mente en Anfield, donde el Liverpool tardó poco en adelantarse en el marcador frente al Wolverhampton.
Sadio Mané besó las mallas y se llevó la Premier League a las arcas del Liverpool. Un mazazo que tuvo su eco también en el Falmer Stadium, donde Glenn Murray aprovechó la falta de tensión Oleksandr Zinchenko en un saque de esquina, para ganar el salto al primer palo y firmar el 1-0.
El pánico cundió y Guardiola, desdibujado, se quitó la chaqueta en la banda e intensificó sus instrucciones para espantar al fantasma de la derrota. Apenas diez minutos tardó Agüero en firmar las tablas, aprovechando una asistencia involuntaria de David Silva, tras un intento de control orientado.
El delantero argentino se benefició de una ruleta fallida del canario para batir a Ryan con un disparo duro abajo. Pese a que el empate mantenía a los de Jürgen Klopp como campeones, el intercambio de golpes despertó al Manchester City, ávido de reivindicación tras el susto.
Corría el minuto 38, cuando Aymeric Laporte cabeceó al fondo de las mallas un saque de esquina de Mahrez. El central francés se impuso con un salto imperial a la defensa del Brighton para darle la vuelta al marcador y devolver la Premier League al bolsillo de Pep Guardiola.
El paso por vestuarios no hizo si no templar al Manchester City, que salió mucho más serio tras el descanso y, en apenas un cuarto de hora, puso tierra de por medio. Mahrez recortó a su marcador en la frontal con la izquierda y fusiló al Brighton con un zapatazo con la derecha.
Ilkay Gündogan ejecutó al Brighton a balón parado, dando paso a un trámite hacia la segunda Premier League consecutiva. El Manchester City supo sobreponerse al susto inicial de Glenn Murray y revalidó el título en el Falmer Stadium.