El conjunto alemán afronta una benévola eliminatoria ante el Besiktas, en la que tiene el cartel de favorito. Han crecido y mucho desde la llegada de Heynckes, emblema de la Champions de 2013, y aspiran a silenciar a los que no cuentan con ellos.
Desde principio de temporada, Madrid y PSG fueron elevados a los altares de la Champions. Se habló de ellos como los máximos candidatos a levantar la 'Orejona', uno por su racha ganadora y otro por su tremenda inversión. Sin embargo, un gigante como el Bayern pasó de puntillas... y eso es algo que le puede beneficiar.
Los alemanes comenzaron la temporada mal, muy mal para lo que se espera de un equipo de sus características. Ancelotti no logró dar el impulso necesario al equipo e incluso los jugadores llegaron a amotinarse. Así, el italiano fue despedido y llegó Heynckes, el extintor del Bayern.
El veterano técnico tardó muy poco en imponer su estilo, en conseguir victoria tras victoria. La Bundesliga la tienen desde hace semanas en el bolsillo y es la Champions el sueño dorado. Argumentos, desde luego, tienen para llevársela a casa.
Lewandowski sigue haciendo goles como churros, mientras que James se ha consolidado como el jugador diferencial que no llegó a cuajar en el Madrid. A ello hay que sumar una comunión total en la plantilla, que cogió velocidad de crucero y no quiere soltarla.
Además, sabe la afición que Heynckes tiene el instinto ganador en sus venas. En su última etapa, el Bayern se alzó con el triplete, logrando vencer en la final de Champions al Borussia Dortmund.
Por si fueran pocos argumentos, el conjunto alemán tuvo la suerte de encontrarse en octavos con uno de los líderes de grupo más asequibles, un Besiktas con buenos nombres pero que no parece rival para un Bayern que, como todos los años, quiere ser el rey de Europa.