No muchos futbolistas tienen el honor de haber jugado en tres equipos 'top' de tres de las cinco principales ligas europeas. Ander Herrera puede presumir de ello. Desde las categorías inferiores del Zaragoza hasta la final de Champions con el PSG, el centrocampista ha dejado tras de sí una estela de calidad... silenciosa.
No es de esos 'cracks' que hace mucho ruido, pero sí de los que trabajan y funcionan sobre el terreno de juego. La aventura de los parisinos en la máxima competición europea le refrendó. Antes, se habló mucho en el país galo de que estaba en un segundo plano, pero, en el escenario más ambioso de todos, fue clave de nuevo.
Jugó los cuartos de final contra el Atalanta, la semifinal contra el RB Leipzig y la final contra el Bayern de Múnich. En esta, de hecho, cerca estuvo de dar una asistencia clave. Hizo un movimiento de puro creador de juego en la frontal para dejar solo a un compañero en el área tras romper a toda la defensa. Este, desafortunadamente para los de Tuchel, no marcó.
Este detalle y otros tantos de su arsenal llevan brillando desde que abandonó Zaragoza, conquistó Bilbao y se colocó en el escaparate internacional de la mano del Manchester United. Incluso destaca en las ruedas de prensa pospartido, en las que, por su forma de hablar y su capacidad analítica, se puede ver perfectamente que hay material de futuro entrenador.