André Gomes es un luchador, de los que se levantan cada vez que un golpe los manda a la lona. Se ha repuesto a todas y cada una de las adversidades que se han cruzado en su carrera, y parece que cada vez vuelve más y más fuerte.
Es como si se alimentase de la adversidad. De los reveses de la vida. André Gomes parece inquebrantable. Superó lo que todos vieron como un fracaso, su salida al Everton, tras naufragar en un Barcelona al que no supo o pudo adaptarse.
Estuvo dos temporadas, y jugó 78 partidos como 'culé', 39 de ellos como titular. Y se marchó al Everton. Ahí parecía que caería en el olvido, pero nada más lejos de la realidad.
No solo se ha hecho importantísimo para el equipo, lo es habiendo sufrido lo indecible, y nos referimos a su escalofriante lesión, a manos del inocente Son. Una fractura de tobillo que nos heló la sangre en su momento.
Una gravísima lesión de la que se recuperó en un tiempo récord, algo que a día de hoy sigue sorprendiendo. Pero lo que es más fascinante es que André Gomes parece estar mejor que nunca.
Ancelotti confía en él. De los 22 partidos que ha jugado, André Gomes ha sido titular en 14, y es, descontando a las verdaderas estrellas del vestuario (el tridente y el omnipresente Sigurdsson), y a veces por delante de ellos, el mejor del equipo. Sencillamente fascinante. E imprevisto.