El análisis de un partido de fútbol puede sesgarse si este se basa única y exclusivamente en el resultado. Para desgranar 90' de un deporte tan característico hay que ir más allá, aunque los puntos y las victorias, por muchos paréntesis que se puedan añadir, vayan siempre para el equipo que haya metido más veces la pelota en la portería rival.
Un enfoque necesario para la primera parte del partido que se celebró en el Estadio Olímpico de Brasil, que albergó un nuevo compromiso de la Copa América con Paraguay y Bolivia como protagonistas y la cima del Grupo A como principal objetivo para ambos combinados. Con el empate entre Argentina y Chile, el primer puesto estaba a solo un triunfo de distancia.
La 'Albirroja' quiso ese trofeo. Salió a dominar y someter a su rival. Ritmo alto, presión constante y llegadas continuas por ambas bandas. Solo dos minutos después de pitar el colegiado el inicio, los de Berizzo ya contaron con una doble ocasión de peligro: de Arzamendia y Ángel Romero, que acabó una jugada ensayada fabulosa tras un saque de esquina.
No obstante, el VAR decidió decantar el choque para el bando que empezó con más cloroformo que sangre en las venas. El colegiado tuvo que revisar en el monitor una jugada en el área de Paraguay para comprobar si existía mano de Arzamendia. Así fue e indicó con el dedo el punto fatídico. Golpeó Saavedra desde los once metros y abrió la lata para 'La Verde'.
Luego, la justicia poética no llegó por una acción antirreglamentaria. Cordano, portero de la escuadra boliviana, derribó a un adversario dentro de su área. Otra pena máxima solo minutos después de la anterior, pero aquí salió la tecnología para hacer justo lo contrario que en la otra acción. Avisó al juez de que había fuera de juego. Dicho y hecho. Revisión nuevamente en la pantalla y razón para los de arriba. Paraguay se quedó con la miel en los labios.
La pólvora colgó el cartel de 'sold out'
No se vino abajo Berizzo, que animó desde el banquillo a sus jugadores para buscar el empate. Y vaya que si le hicieron caso. Pusieron la quinta marcha mientras los rivales apenas ponían segunda y quedaban ahogados en su propia parcela de campo. Ávalos, en una gran cuantía de ocasiones, tuvo en sus botas poner las tablas, pero un cabezazo tras una pifia del meta se marchó desviado. Lo mismo ocurrió con un remate acrobático para probar con un testarazo. El delantero estaba con ganas, pero solo con eso no se marcan goles.
Bolivia, que desapareció de la zona ofensiva, tuvo que ver cómo su jugador Cuéllar ponía el más difícil todavía. Se autoexpulsó por doble amarilla en la recta final de los primeros 45' y 'La Verde' tenía que afrontar lo que restaba de choque con uno menos. La tragedia se mascaba poco a poco.
La tónica no cambió con la salida de vestuarios. César Farias movió el banquillo para darle solidez defensiva a su equipo, pero de poco sirvió ante la superioridad de Paraguay, que fue una apisonadora de principio a fin. Sin embargo, la única buena noticia que tuvo Bolivia es que Ávalos no sabía cómo mandar el esférico al fondo de la red.
El delantero centro 'albirrojo' hizo todo lo posible por estrenar su casillero en esta Copa América, pero se tuvo que quedar con las ganas. Lo volvió a intentar de cabeza y, una vez más, no atinó. Visto que el que tiene como misión principal perforar las mallas rivales no lo hacía, dos compañeros suyos, que además comparten apellido, decidieron salir en su rescate.
Ávalos le debe una cena a Kaku y Ángel
Cuando el cronómetro sobrepasó el 15' de la segunda mitad y 'La Verde' se preguntaba cómo era posible que el 0-1 brillase todavía, el Kaku Romero le puso fin a eso que algunos le llaman suerte y otros, 'saber defender'. El '17' empaló de volea un esférico llovido que fue imposible para Cordano.
Una vez abierta la veda, todo fue más fácil para Paraguay, que, solo cuatro minutos después de romper por fin el hielo, volvió a ver portería. Pero esta vez el pariente del Kaku, Ángel Romero. El '11' fulminó una pelota que quedó muerta en la línea de gol tras un remate de Carlos González. Los de Berizzo mandaban en el electrónico y lo que vino luego fue un día en la playa.
La 'Albirroja' controló a placer el ritmo del encuentro y en ningún momento, a excepción de un buen disparo de Roberto Férnandez que inquietó a Silva, vio peligrar el marcador. Ángel Romero volvió a ver portería en el 80' para enterrar las esperanzas bolivianas.
El atacante recibió un gran pase de Ávalos, que recuperó la pelota tras una mala salida de los adversarios, y no falló en la definición ante Cordana. La cima del Grupo A es de Paraguay y ya viste de 'albirroja' con tres puntos, dos más que Argentina y Chile, sus inmediatos perseguidores.