Están los que dicen que Vinícius marcará una época, que en pocos años estará en la cima del fútbol. Cualidades tiene, es algo evidente, por ello el Madrid le echó el lazo cuando aún no había alzado el vuelo en la élite. Casi 50 millones tuvieron la culpa de su fichaje, aunque antes ha ido desengrasándose en un histórico como Flamengo.
Por contra, están los más críticos. Aquellos que ven en Vinícius un Robinho más que un Neymar, un jugador que se pierde en regates a 40 metros del área. Siempre hay dos bandos, pero en esta ocasión el jovencísimo Vinícius ha conseguido silenciar a más de un 'hater'. Todo en apenas 46 partidos.
Los hay también, en este caso compañeros de profesión, que no han tragado con el estilo desenfadado de Vinícius. El que lo tiene enfrente sabe que va a regatear constantemente, que le encanta un caño o una bicicleta y ello, en algunas ocasiones, le ha costado una buena reprimenda en forma de patada o incluso cabezazo.
Un pipiolo que juega como un veterano
Sus primeros pasos no fueron fáciles. En su primer día, Vinícius sólo estuvo en el verde siete minutos. Salió desde el banquillo en sus primeras cinco comparecencias. No marcó, no asistió y apenas dejó algún detalle para los 'highlights'. Necesitaba tiempo y Flamengo se lo concedió.
Frente a Avaí, Vinícius consumó su primera titularidad. Aquel día todo cambió. El delantero fue adquiriendo importancia, cada vez contó con más galones y Flamengo se benefició de ello. Su primera asistencia, en el séptimo partido. No fue hasta el decimoquinto cuando el futuro jugador del Madrid anotó su primer gol, ante Palestino en la Sudamericana.
Ni las críticas ni los halagos variaron un ápice la actitud de Vinícius, que el pasado marzo corroboró un debut histórico en la Libertadores: doblete en 22 minutos, remontada y nacimiento, definitivamente, de una estrella. De regate en regate, de sombrero en sombrero, el brasileño asomó la patita.
¿Vinícius-Neymar?
Vínicius es, sin duda, uno de los mayores proyectos que la Selección Brasileña tiene en sus categorías inferiores. Posiblemente, al todavía jugador de Flamengo le llegará la hora en la absoluta antes que al resto de mortales. El Madrid, por su parte, se frota las manos y aún decide si llevar al joven delantero a la capital de España este mismo verano o esperar a enero de 2019.
En el Bernabéu podría coincidir con Neymar, su ídolo y con el que se ha dejado ver en no pocas ocasiones. Ellos son el futuro de Brasil, quién sabe si también el del Madrid. Aún le faltan mimbres a Vinícius para ser capital, pero los ocho goles que ya acumula y las brillantes acciones que ha ido dejando por el camino confirman que el chico ha llegado al fútbol para ser uno de los reyes.