El guardameta del CD Ardoi, después de atrapar el balón con las manos, decidió no ponerlo a rodar al ver a uno de sus compañeros doliéndose en el suelo.
El cancerbero se acercó para preguntarle al jugador cómo se encontraba. El árbitro no paró el juego pese a estar uno de los futbolistas en el suelo y por ello acabó pitando pérdida de tiempo, señalando libre indirecto para el Pamplona.
Pero el equipo local no quiso aprovecharse de lo que consideró un desacierto arbitral y lanzó el balón fuera, hacia la línea lateral, devolviéndole la posesión al equipo rival. Un grupo de cadetes, enseñándole 'fair play' al árbitro.