Hubo susto en el minuto 63 del partido del Mundial de Clubes entre Tigres y el Ulsan Huyndai. Aquino, uno de los jugadores del conjunto mexicano, tuvo que marcharse antes de tiempo, y en camilla, por un choque de cabezas con Kee-Hee, capitán rival, que le dejó indispuesto.
No estaba inconsciente, pero las asistencias médicas tuvieron que entrara a la carrera para atenderle. Se le prestó especial atención a la zona del cuello, que puede sufrir daños muy considerables cuando un futbolista está mareado y no puede darle la tensión necesaria para que se mantenga firme.
Se le colocó en una camilla y, desde la perspectiva televisiva, se pudo ver cómo se agarraba con las dos manos a los laterales de la misma. Esta respuesta psicomotriz dejó entrever que, aunque no estaba en condiciones para seguir jugando, su lesión no fue tan grave como podía parecer en un principio.
Kee-Hee, por contra, se llevó la 'mejor' parte del choque de cabezas y se quedó en el campo. Quedaba mucho trabajo por hacer para su Ulsan Hyundai, además, pues iba perdiendo por 2-1 tras un doblete de Gignac, muy inspirado en su aventura en México.