Es curioso cómo la crisis del Barcelona ha ayudado a emerger la figura de un jugador que empezó la temporada condicionado por su físico: Ronald Araujo. Una afectación en el bíceps femoral le sacó de los primeros onces de la campaña con Xavi Hernández; poco a poco y sin que se le forzara, volvió a la dinámica de sus compañeros hasta convertirse en el mejor, con permiso de Ter Stegen, de los últimos 2 partidos, que fueron decepcionantes.
Primero, la expedición de la Ciudad Condal viajó a San Sebastián, donde ganó a la Real Sociedad a pesar de ser inferior en el juego. Los de Imanol Alguacil podrían haber anotado en varias ocasiones en la primera mitad. Su ritmo fue a menos en la segunda sin que los catalanes no instalaran una mejora suficiente como para opositar firmemente a los 3 puntos hasta que el uruguayo entró en escena, en el tiempo añadido, con un remate de cabeza imperial y valedor de la victoria.
Evocó a sus inicios como delantero, pero, en la cita de Alemania contra el Shakhtar por la fase de grupos de la Champions League, afiló sus mejores aptitudes como zaguero. Durante unos primeros compases en los que la incomodidad marcaba las posesiones 'culés', él se encargó de abrochar la línea de atrás ante los ataques ucranianos, que no solo se lanzaron a través de contras, sino también de jugadas trenzadas como la del gol de Danylo Sikan.
Araujo ha estado más exigido de lo habitual por la apuesta de Xavi por situar a Joao Cancelo más arriba, un experimento que aplicó contra el Madrid y en Anoeta y con el que dio un paso atrás frente al Shakhtar que no le sirvió de mucho. El luso tenía instrucciones de dejarse ver arriba, aunque no tan claramente como hombre de ataque, lo que llevó a su compañero a cubrirle las espaldas sin desproteger el carril central, en el que Christensen aportó menos seguridad.
November 7, 2023