Pocos estadios existen en Sudamérica con mayor identidad que La Bombonera de Boca Juniors. Miles de aficionados 'xeneizes' tienen cientos de anécdotas en unos asientos que rara vez se utilizaron. Cánticos, saltos, celebraciones, historias. Un estadio que, como muchos cuentan, late en cada partido. Con todo el país tocado por la dureza del virus y con una cuarentena que no termina, miles de hogares se convirtieron en pequeños grupos de animación a distancia. Con la mente puesta en esos hinchas que faltaron por alentar en las gradas por culpa del dichoso COVID-19, la 'Albiceleste' tuvo que imaginar ese paisaje en su compromiso frente a Ecuador para ser, salvando siempre las distancias, encontrar una 'vacuna' temporal en tiempos tan difíciles.
La Bombonera se transformó y mutó para, con lonas en las tribunas, adaptarse a lo que requirió la CONMEBOL para ser la sede del regreso del combinado nacional casi un año después. El Mundial de Catar, el único objetivo.
Con la baja de Paulo Dybala, Scaloni sacó un once más que competitivo, con Leo Messi como capitán general, y con sus dos secuaces, Lucas Ocampos y Lautaro Martínez. Fueron un incordio cada vez que el equipo logró filtrar balones en tres cuartos de campo.
En uno de esos aciertos, Ocampos recibió el esférico en el interior del área y, ante un precipitado Estupiñán, cayó en el interior del área. Una pena máxima que no dudó en señalar el colegiado y que no intimidó a Leo Messi, que transformó y celebró con rabia el 1-0. El micrófono ambiente recogió el cántico del gol de todo el combinado argentino. Tenían muchas ganas...
Un buen arranque de una Argentina que perdió peso con el paso de los minutos. Quizás por esa falta de identidad en un estadio vacío o bien por la inoperancia de Ecuador en ataque, la 'Albiceleste' bajó el pistón, probablemente demasiado.
El equipo de Alfaro no acertó en la presión y en la primera parte prácticamente no se acercó a la portería de Franco Armani. Unos primeros 45 minutos casi plácidos para el conjunto de Lionel Scaloni.
El seleccionador tuvo que incidir en ello en la segunda parte. Argentina apretó de nuevo en los primeros compases del segundo periodo. Ocampos tuvo el 2-0 y Messi, ausente en varias fases del duelo, apareció donde más le gusta, en la frontal del área, para colocar un tiro que pegó en un defensor. Ya casi lo celebraba el '10'.
Ecuador tiró de orgullo en la recta final para, a base de jugadas a balón parado, tratar de encontrar un gol que no supieron fabricar ni Enner Valencia ni Ángel Mena. No fue la noche de los atacantes ecuatorianos.
De Paul pudo sentenciar ya en el añadido con un potente disparo que pasó cerca de la meta de Domínguez, pero la 'Albiceleste', abonada ya al sufrimiento, firmó el definitivo 1-0.
Una victoria que estrena estas eliminatorias de clasificación para el Mundial de Argentina. Volvió a La Bombonera, presionó, tiró de casta para controlar el partido y sumó tres puntos importantes. Sonrisas, abrazos y felicitaciones al término del partido por parte del combinado albiceleste. Una celebración muy distinta a la que se hubiese encontrado meses atrás o, esperemos, en un futuro. Argentina sí gana, pero por ahora no late como le gustaría.