Poco le puede reprochar el aficionado del Real Madrid a su equipo a tenor de los números que dejó el encuentro. A los puntos, el equipo blanco fue bastante mejor en todo. Pero el afán por ir a por el triunfo acabó dejándole desnudo en un contragolpe que dejó demasiado castigo.
El equipo de Zidane, como viene ocurriendo esta temporada, absorbió la posesión. 57-43 fue el reparto, más o menos en la línea de lo que viene ocurriendo este año en el Bernabéu. Pero hay datos que hablan por sí solos acerca de la producción ofensiva: el Real Madrid llegó hasta los once saques de esquina. El Villarreal, en cambio, no sacó ni uno.
El Madrid disparó prácticamente el triple de veces (28 tiros totales por diez de los amarillos) y Sergio Asenjo tuvo que actuar más del doble de veces que Keylor Navas. Siete intervenciones del palentino, cinco de ellas muy meritorias, terminan de explicar un partido que, jugado diez veces, habría acabado con triunfo local en la mayoría de ocasiones.