A pesar de que todo estaba ya bastante encaminado para que el central holandés se comprometiera con los italianos, Bartomeu hizo una llamada a la desesperada. La intención, reunirse con el futbolista y apurar para convencerle.
Sin embargo, enterado de sus intenciones, Mino Raiola habló con Bartomeu para recordarle que en ningún caso habría una cita si no se comprometía a elevar hasta los diez millones de euros netos el salario anual de De Ligt.
No contento con ello, le recordó también que la comisión de fichajes para el agente no podía ser inferior a los once millones de euros.
Ahí se acabaron las ganas de pujar de los dirigentes, que entendían que un futbolista de 19 años y recién llegado no podía tener mejores condiciones que algunas de las vacas sagradas del vestuario.
Ahora el único misterio con De Ligt es saber cuándo la Juventus hará oficial su fichaje.