Niklas Sule es un poderoso central con unas espectaculares condiciones físicas y muy bueno en el juego aéreo. Mide 1'95 metros y tiene 21 años, por lo que el margen de mejora es grande.
El Bayern quiere convertirle en el nuevo Boateng, aunque para eso tendrá que mejorar primero su salida de balón. Los de Ancelotti han pagado 20 millones de euros por él.
El segundo en cuestión es Sebastian Rudy. Un jugador que, a sus 27 años, ha sabido ir creciendo poco a poco en el mundo del fútbol. Tras formarse en el Stuttgart, lleva bastantes años en el Hoffenheim y se ha destapado en la última temporada.
Acaba contrato, por lo que llega gratis, y cubrirá el hueco dejado por un Xabi Alonso que se retira, pues es un pivote puro, aunque también puede jugar por la banda derecha. Esperamos que, en su caso, tenga alguna oportunidad más de demostrar su valía de las que tuvo Sebastian Rode hace un puñado de años.
Por último, Serge Gnabry es un atacante de una tremenda proyección. Ha tenido un coste de 10 millones de euros -su cláusula de rescisión- y llega al equipo bávaro tras una buena campaña en el Werder Bremen que le ha permitido revalorizarse.
Tras crecer en el Stuttgart, pasó por la cantera del Arsenal y estuvo a préstamo en el West Brom sin suerte. Después de ser campeón olímpico el pasado verano, ha tenido su mejor campaña y ya es internacional con Alemania. Gnabry es un jugador de mucha movilidad que puede actuar tanto en el ataque del equipo como en cualquiera de las bandas, siendo algo más hábil en la izquierda.