Argelia tiene la suerte de tener a un 'crack' como Mahrez en sus filas. Y nosotros, los futboleros, también. Sobre todo, cuando nos regala cosas como el golazo que marcó ante Zimbabue.
Con su selección ya por delante en el marcador, el del City hizo el 0-2 en el 38' en una 'masterclass' de cómo hacer un tanto que lo tenga todo: un gran control, una doble y perfecta maniobra para quedarse solo y una definición acertada.
Mahrez bajó un envío largo que le mandaron desde su propio campo con la espuela. Con ese genial gesto, le hizo un sombrerito a su par y enfiló el área con la posición ganada.
Ya en la zona caliente, se zafó por primera vez del mismo defensa pasándose la pelota por detrás con la derecha para, a continuación, amagar el disparo y sentar a un desesperado zaguero local.
Aún tenía enfrente a otro rival y al repuesto ya de la caída, pero su definición fue justo al lugar donde más sufren los porteros. Lo suficientemente cerca para no poder hacer una estirada y lo justamente lejos del cuerpo del meta para que este no llegase con los pies.