El fútbol se puede contar y definir de muchas maneras. Hay quien sabe ponerle preciosas y precisas palabras a lo que ocurre dentro del campo. Pero ni el mejor cronista podría rivalizar con gestos como el que se vio en el Villamarín.
Ocurrió después de que Leo Messi coronara su 'hat trick' de la noche con una sutil vaselina en carrera que dejó petrificado al cancerbero catalán.
Cómo lo encajó Pau López fue más que evidente. Le miró un compañero, como preguntándole qué había pasado, y su cara compuso una cara más que ilustrativa.
"Vaya golazo", parecía decir. Desde luego, quedaron claras dos cosas: que al meta del Betis le había parecido un golpeo imposible de detener y que, pese a todo lo que ha hecho ya a lo largo de su carrera, sigue sorprendiendo a rivales y aficionados.
Previamente, en la primera mitad, Pau López ya había tenido que encajar un excepcional golpeo de falta del rosarino que se coló por su escuadra derecha.
A la finalización del encuentro, el propio Messi se mostró sorprendido por cómo había reaccionado el beticismo tras su 'hat trick'.