La fama de los estadios griegos como infierno es ancestral. Es cierto que la modernidad ha ido distanciando a los seguidores, abriendo espacios. Lo funcional ha ido apagando el fuego. Pero aún siguen pasando cosas significativas dentro de ellos.
Como quedó demostrado en el encuentro de fase de grupos de la Champions entre el AEK de Atenas y el Bayern de Múnich. Cuando en una esquina un grupo de seguidores decidió arropar a los suyos botando, las consecuencias se dejaron sentir.
Justo en la última de las gradas, en la parte superior, trascendió un vídeo en el que se aprecia cómo se mueve el estadio ante dichos botes.
Llama la atención que incluso hay dos miembros de seguridad sentados en esa última bancada. Y, al parecer, debían tenerlo muy controlado, pues no parecían inmutarse ante los temblores.
24 de octubre de 2018