No se había cumplido el primer minuto de juego, cuando el Getafe se plantó frente a Jaume Doménech y forzó un saque de esquina. El córner, mal ejecutado y peor rematado por Damián Suárez, acabó en el segundo palo y Jaime Mata, ante la pasividad del Valencia, la empujó al fondo de las mallas.
El mazazo no hizo si no alimentar las dudas del equipo 'che', preso de la ansiedad e histeria colectiva que rodea al club tanto en el plano institucional como deportivo. Una situación que José Bordalás quiso aprovechar y adelantó líneas de presión defensiva 20 metros.
El miedo se apoderó de la parroquia 'che', que comenzó a silbar a sus jugadores merced a las ocasiones desperdiciadas de su rival. Henchido de confianza tras el primer golpe al mentón, el Getafe se abalanzó sobre un Valencia herido mentalmente.
Sin embargo, cuando menos lo esperaba Mestalla, Maxi Gómez remató de medio chilena un balón llovido que acabó golpeando en la madera antes de colarse en la portería de David Soria. Capricho del destino, el uruguayo acababa de entrar en sustitución del lesionado Kevin Gameiro.
No había terminado de celebrar el primer tanto, cuando el charrúa terminó de erigirse en el héroe local con un remate imperial de cabeza. El delantero entró con fuerza desde atrás y le ganó con ímpetu la posición a su marcador para firmar el 2-1.
El arreón del Valencia dejó grogui al Getafe, que no terminaba de corregir como le pedía José Bordalás desde la banda y Kang In Lee anotó el tercero. Una galopada de Rodrigo Moreno acabó en la línea de fondo y pase atrás al coreano, que correspondió a su primera titularidad.
El paso por vestuarios sirvió al conjunto azulón para templar sus nervios y reordenar el ataque. En un intento de emular el arranque del primer tiempo, los visitantes adelantaron la presión a un Valencia que capeaba con relativa comodidad las embestidas de su rival.
Apenas se había cumplido la primera hora de juego, cuando Kenedy centró al primer palo y Jason, con un gesto técnico excelso, batió a Jaume Doménech. Los fantasmas volverion a merodear Mestalla, que compenzaba a oler la tragedia.
Tres minutos después, Ángel empalmó un gran pase de Damián Suárez para firmar el 3-3. La histeria volvió a apoderarse del Valencia, que comenzó a entrar en una espiral de miedo y vértigo que le impedía dar más de dos pases seguidos.
El encuentro se convirtió en un su recta final en un correcalles de infarto. El conjunto 'che' pidió mano de Cucurella y Munuera Montero anuló el 3-4 de Ángel por fuera de juego de Mata. ¡Vaya ataque de nervios en Mestalla!