Wenger demostró que su cabeza estaba en la Europa League y dejó algunos de sus referentes en el banquillo. Eso, y el hermetismo del Stoke, dejaron un partido comprimido y de pocos accesos para los londinenses.
Eso dejó un encuentro difícil. A excepción de un tiro de Aubameyang abortado por Butland, el partido se movió por márgenes insulsos.
Hubo que esperar hasta la segunda mitad, y más concretamente a los últimos 15 minutos para ver goles. Eso sí, descorchada la botella, todo el peso ofensivo del Arsenal cayó sobre el Stoke.
En un discutido penalti, el ex del Dortmund dio la tranquilidad engañando al portero. Los visitantes se descompusieron y perdieron los nervios con alguna patada a destiempo.
A cuatro para el final, en un saque de esquina, Aubameyang cerró su doblete y las escasas opciones de empate para el Stoke. Otro penalti, este más claro, a uno para el final, sirvió para que Lacazette, engañando a Butlnad, se uniera a la fiesta del gol.