El partido no pudo empezar peor para Mali. En el minuto 12, Kone se marcó un inexplicable gol en su propia portería. Fue a despejar un centro lateral, puso mal el pie y descolocó a todos, su portero incluido, mandando el balón directamente al fondo de sus redes.
La cosa fue a peor cuando, todavía con 1-0 en contra, Diakite veía la roja directa. La escena fue de esas que nos hace volver a creer en el fútbol. Tras ser expulsado, se marchó visiblemente disgustado, sin encontrar consuelo.
Pero sus compañeros fueron a animarle. A decirle que esto lo iban a arreglar, que no se preocupase. Y vaya si lo hicieron. Fue el propio Kone quien encontró la redención al ser el artífice del gol del empate.
7 de junio de 2019
Mali trenzó una jugada para enmarcar, pero la asistencia para Koita fue para enmarcar: taconazo de Kone y definición precisa de su compañeros en el ataque africano. Italia se las daba muy felices, pero se marchó al descanso con empate a uno.
Y en el segundo tiempo la combatividad de Mali no cesó. Reaccionó de nuevo al gol italiano (Pinamonti, en el 60'), con el de Camara, en el 79'. Pinamonti firmaría su doblete en el 83' y Frattesi sentenció el partido un minuto más tarde.
7 de junio de 2019
Pero ni aún así, perdiendo 4-2, Mali bajó los brazos. Koita, en el último suspiro, dispuso de un penalti para recortar distancias y quien sabe si poder aspirar a obrar un milagro, pero Plizzari le ganó la partida.
7 de junio de 2019