El campeón del mundo recibió al campeón de Europa en un partido en el que todos esperaban el duelo entre Mbappé y Cristiano, pero en el que ninguno de ellos fue decisivo.
El Stade de France, con un césped que parecía una alfombra verde para los mejores jugadores, vio un ejercicio de seriedad y trabajo defensivo, que primó sobre los destellos ofensivos.
Ni Cristiano Ronaldo ni Joao Félix por un lado, ni Kylian Mbappé ni Antoine Griezmann por el otro, fueron capaces de superar a unos Rui Patrício y Hugo Lloris que demostraron estar al nivel de sus estrellas.
Quizás se notó en el césped el encuentro amistoso de más. Y es que en un año ya de por sí cargado por el COVID-19, la UEFA se inventó unos partidos que no hizo sino cargar las piernas de los jugadores.
Costó encontrar el primer disparo con peligro. Apareció Lucas Hernández para frustrar a un Cristiano Ronaldo que ya se relamía con un disparo desde dentro del área. Pero el galo metió la pierna a tiempo.
Dominó Portugal en la primera mitad. Parecía tener más carburante en la sala de máquinas y más dinamita en ataque, pero no se encontraron Joao Félix y Cristiano para fabricar el gol.
Poco a poco reaccionó la campeona del mundo. Solo con algunos destellos de Griezmann, también de Giroud y de Mbappé, pero insuficientes para superar a un gran Rui Patrício.
Ni siquiera el paso por los vestuarios pudo reactivar a los ataques. Rui Patrício frenó a Mbappé en un mano a mano, y el linier, al levantar la bandera, a un Pepe que cabeceó a gol pero que vio cómo se lo anulaban por fuera de juego.
Cristiano Ronaldo tuvo la gloria en el último minuto de partido, pero Lloris se encargó de echar el cerrojo y repartir los puntos entre dos de los favoritos para la próxima Eurocopa.