El interior fue el héroe de los suyos marcando el gol del empate que acabó siendo definitivo. Se coló en el área rival y, con un zapatazo de izquierdas, ajustició al guardameta, que poco pudo hacer para evitar que el esférico entrara y significara las tablas.
Pero en este tipo de choques las pulsaciones suelen estar muy altas y el galés lo pagó. Fue expulsado por doble amarilla en dos minutos. La primera la recibió en el minuto 92 y la segunda, en el 94'. No influyó en el juego, pues después de ello, el colegiado pitó el final.
La impotencia le hizo llegar tarde a quitarle la pelota a Quintillà, sobre el que hizo una dura entrada. El árbitro le amonestó con la primera cartulina, pero la advertencia no surtió efecto y el jugador acabó yéndose a las duchas antes de tiempo.
Levantó demasiado la pierna en una acción posterior y pudo hacerle daño a su contrincante, así que acabó expulsado antes de que pudiera ver cómo sus compañeros se iban al túnel de vestuarios. En definitiva, Bale fue protagonista para lo bueno y para lo malo.
September 1, 2019