Gareth Bale atraviesa un delicado momento en el Real Madrid. Ante el Bayern de Múnich, en toda unas semifinales de Champions League, el galés vio desde el banquillo los 90 minutos del encuentro.
Zidane ni siquiera lo mandó a calentar. No tuvo la oportunidad ninguna oportunidad de participar en el encuentro, viendo como el técnico galo apostaba antes por otros jugadores antes que a él.
Asensio sustituyó a un tocado Isco al descanso, mientras que Benzema saltó al terreno de juego en lugar de un lesionado Carvajal. Por último, Kovacic reforzó el centro del campo en lugar de un Casemiro desfondado.
Bale ni corrió la banda. Volvió a ver desde el banquillo una nueva victoria madridista, alimentando los rumores de su posible salida en el próximo mercado estival.