El club que reside en la Avenida de Concha Espina comenzó a promocionar el Clásico por las redes sociales curiosamente con un gol de los que Bale hacía de falta: potente, seco e inalcanzable. Sin embargo, la afición madridista empieza a echar de menos su nombre en el luminoso del Santiago Bernabéu, y es que tan sólo ha marcado dos goles en seis partidos.
Con cero tipos de molestias llegó el galés al choque más ansiado por todo el mundo que gira alrededor del fútbol y con la mentalidad puesta en convertirse en una de las piedras angulares del equipo. Se concienció, se metió en el gimnasio y realizó cada entrenamiento como si fuera el último para llegar en plenas facultades al encuentro contra el Barcelona.
Pero no, el delantero merengue no sacó las características que cautivaron a Florentino Pérez incluso cuando tuvo espacios para desplegar su potencial físico y veloz.
En resumen, ha estado lesionado dos veces y el templo blanco no celebra un tanto suyo desde el pasado agosto, cuando firmó el doblete ante el Real Betis.
Cifras nefastas para un jugador que debe llevar un sólido peso en el ataque y que seguramente vendrá a ser uno de los fichajes más caros de la historia del Real Madrid.