Con un papel poco protagonista, aunque dejando de manera constante destellos de su clase, Sadio Mané se coló con Senegal en la final de la Copa África.
El delantero suspira por un título que no sólo le permita celebrar algo grande con su país, sino que le mantenga también en la pelea por el próximo Balón de Oro.
Si Alisson, triunfador con Brasil en la Copa América, apareció en todas las quinielas para el galardón, no se puede obviar a Sadio Mané, estilete en ataque del Liverpool campeón de Europa.
Además del título europeo, el delantero fue la Bota de Oro de la Premier League, entró en el XI ideal de Premier y Champions League, firmó el año más goleador de su carrera, y se quedó a un paso de ganar con el Liverpool la competición inglesa.
Una temporada a un nivel superlativo que podría tener la guinda en la Copa África. En el torneo, sin embargo, apenas lleva tres tantos y su papel no ha sido tan dominador como el que suele mostrar en el Liverpool. Ha estado perdido en la banda izquierda y, aunque sus compañeros le han buscado mucho, apenas ha tenido protagonismo. Para colmo, ha fallado dos penaltis durante el certamen, que hicieron que diera un paso al lado y no lanzara el que tuvieron los senegaleses en las semifinales.
Vestido de 'red', el delantero celebró 26 dianas en partido oficial esta temporada, dando además dos asistencias. Si bien su final de campaña no fue del todo buena, entre enero y marzo estuvo a un nivel fantástico, firmando once tantos en once partidos del 19 de enero al 17 de marzo.
En la final de la Champions, estuvo mejor que Salah y, de hecho, fue protagonista en el penalti que acabó significando el 1-0. Si todo lo logrado es suficiente para luchar por el Balón de Oro sólo se sabrá en unos meses. Para ello, ganar la Copa África se antoja indispensable.