Aunque otros muchos lo han hecho por sus respectivas lesiones, el bajo rendimiento también puede ser un motivo por el que algunos jugadores lleguen a un punto en el que necesiten desahogarse.
El último en hacerlo fue Baptistao, el pasado viernes, pero no ha sido el único al que han captado las cámaras durante los últimos años. Ni será el último, probablemente.
A Iván Alejo le pasó algo parecido hace varios meses. Entró en el minuto 30 del partido y no llegó a terminar el encuentro, ya que Mendilibar optó por sustituirle en la segunda mitad. No aguantó y rompió a llorar.
Otros nombres más sonados también han pasado por una situación similar. A Fabio Coentrao, como recuerda 'Marca', le ocurrió en dos ocasiones. La primera después de sufrir un empate ante el Setúbal durante su etapa en Portugal, algo que se repitió ante el Astana en competiciones europeas.
Un 'chico duro' como Balotelli también ha pasado por algo así. Cuando todavía vestía la camiseta del Milan, el delantero italiano fue sustituido y no pudo aguantar las lágrimas una vez que se sentó en el banquillo. Poco antes había recibido cánticos racistas.
8 de febrero de 2014