Arrancaron con brío el encuentro los 'red devils', ávidos de reindicación tras un inicio de temporada convulso, donde los problemas en el vestuario lastraron el rendimiento de un equipo confeccionado, a priori, para pelear por la Premier League.
Merced al paso de los minutos, el Chelsea fue meciendo el ímpetu inicial del Manchester United y, enconmendado a las galopadas de Hazard y Willian, trató de poner en aprietos a la zaga de Mourinho.
Sin embargo, el portugués consiguió minimizar el impacto de las alas de Sarri, juntando sus líneas para evitar las endiabladas diagonales del belga, gran baluarte ofensivo 'blue'.
Tímidamente, el United se fue asomando a la portería de Kepa, pero fue Rüdiger quien inauguró el marcador, aprovechando un clamoroso error de Pogba en la marca en un saque de esquina.
El central alemán envió a la lona a los 'red devils', alimentando los fantasmas que les han perseguido este curso y que tanto han atenazado a los jugadores del portugués.
No obstante, Mourinho supo espolear a sus pupilos en el paso por vestuarios, devolviéndoles la confianza de otrora para darle la vuelta al marcador en el segundo tiempo.
Aunque el Chelsea comenzó mejor en la reanudación, Martial volvió a erigirse como héroe de Mou, firmando un doblete que devuelven al United al escaparate de la Premier League.
El francés, como ante el Newcastle en Old Trafford, salió al rescate de su equipo, pero esta vez el final no fue tan dulce como en la última jornada antes del parón de selecciones.
Barkley aprovechó un cúmulo de despropósitos para marcar el 2-2 en el minuto 96, abortando la rebelión que Mourinho ya saboreaba en Londres.