Según la fuente, los detenidos han sido acusados de "alteración del orden público", "destrucción de mobiliario urbano" y "ataque a las fuerzas del orden", delitos por los que podrían ser condenados a penas de cárcel.
La violencia se desató durante la prórroga del encuentro de dieciseisavos de final que disputaban en el estadio Chahid Rouibeh-Hocine de la localidad septentrional argelina de Jijel el CR Village Moussa y MC Alger.
En los enfrentamientos resultaron heridas, además, 17 aficionados y 45 agentes de la policía local, anunció el portavoz de los servicios de Protección Civil de la citada localidad, coronel Ahlem Boumala.
Los incidentes obligaron al árbitro a suspender el choque en la primera parte del tiempo añadido, cuando el marcador señalaba un claro 0-3 para el equipo visitante.
La violencia en los estadios, utilizada por numerosos grupos de jóvenes para enmascarar protestas contra el régimen, se ha convertido junto a la extendida corrupción en el principal problema del fútbol argelino.