Bendito sea el 'Pistolero' de Torrent, pensará el aficionado del Levante. Apareció con el acierto de cara a la meta que faltó al equipo durante casi todo su partido contra el Celta para cerrar la jornada 25 de Primera. Pudo saldarse con derrota, sí, pero también con victoria de haber aprovechado mejor varias oportunidades claras. En todo caso, tocó firmar la paz por 1-1.
Los gallegos, no siempre cómodos, sostuvieron la mayoría del peso del encuentro, aunque no por ello generaron más ocasiones claras que los 'granotas'. Las dos más lúcidas fueron de factura visitante. Un 'pase de la muerte' de Morales a Dani Gómez que el '21' desaprovechó al principio del choque y un chut raso de Roger en la segunda mitad que se escapó por centímetros, las acciones.
Para granjearse oportunidades como estas, los azulgranas permitieron que los vigueses ostentaran el gobierno del enfrentamiento manteniéndose a la expectativa y tratando de alargar esas posesiones largas de los del 'Cacho' Coudet que no servían de mucho. Este plan de juego implicaba riesgos, pero también valió por recompensas que el grupo no cosechó hasta la entrada al campo de su '9'.
A falta de menos de diez minutos para el pitido final, Roger apareció para compensar su error anterior con una maniobra de especialista en la caja de Dituro. Álex Cantero, entre dos defensas, le había filtrado un balón jugoso y él, en lugar de disparar de primeras, controló, amagó, paró el crono y firmó el 1-1 a palo cruzado.
El primer gol, el que abrió la lata, lo obró Franco Cervi tras una genialidad de centro de Javi Galán. El lateral le encontró al segundo palo con un cuero envenenado con efecto y él tan solo tuvo que poner la frente y aprovechar el impulso de llegar en carrera para mandarlo al fondo de las mallas de Cárdenas.
Esto ocurrió en el minuto 67, después de la clara ocasión que Roger falló con el marcador en 0-0, y cayó como un golpe de realidad en el Levante. A los 'granotas' les costó reaccionar, pero fueron madurando el 'minipartido' que arrancó tras la diana gracias a los cambios de Lisci y terminaron rascando un punto.
Eso sí, para 'minipartido', el que se vivió después del 1-1, cuando el centro del campo desapareció en favor de un tira y afloja constante en las áreas por llevarse los tres puntos. El momento más importante, un paradón de Cárdenas a Pineda. Sacó el tobillo lo justo en un mano a mano para desviar el que podría haber sido el tanto definitivo en favor de los celestes.
Al final, tocó un punto para cada casillero y malas sensaciones en ambos. El Celta de Vigo se vio demasiado incómodo en muchos tramos ante un Levante que se presentaba como inferior, pudo perder de haber estado más finos los de Lisci y los 'granotas', más que haber salvado un empate -que hay que acoger con cariño, por supuesto-, dejaron escapar una posible victoria. Y, con su situación actual, son de obligado cumplimiento.