Solo hace falta echar un vistazo al resultado (5-3) para entender lo que fue el Madrid-Fenerbahçe, un duelo entre dos equipos tocados, con decenas de errores por corregir y muchas dudas detrás. Así está el Madrid, preso de sus fantasmas y sin la capacidad de ganar por decreto, sin sufrimiento. Por puro aplastamiento. Zidane quería una victoria y ya la tiene, pero su equipo está lejos de ser el "equipazo" del que presume.
Por muchos factores, pero sobre todo por los socavones que el Madrid tiene a su espalda tanto en contragolpes como en el juego estático, lo que es aún más preocupante. Zidane probó con Odriozola, Varane, Nacho y Marcelo atras, acompañados en la medular por Kroos, Isco y Valverde, que aportó músculo entre tanta figura. El resultado, similar al de duelos anteriores. Atrás hay un problema, y de los gordos.
Seis minutos tardó el Fenerbahçe en oler el pánico blanco, que estrenó equipación. Odriozola fue un juvenil en manos de Rodrigues, que se fue por mera potencia y definió con la derecha ante un Keylor que bien pudo hacer más. Llegar y topar el Fenerbahçe, otra vez a remar el Madrid. Por suerte para Zidane, esta vez Benzema tuvo la mirilla bien dirigida.
Después de que Keylor abortara el 0-2, Benzema empató con asistencia de Vinicius. Era el 12' solo, pero el partido estaba ya descontrolado. Vinicius actuó por la derecha; Hazard, por la izquierda. Al brasileño se le notó que le falta el aura del año pasado. El belga, simplemente, no está fino. Ni física ni futbolísticamente, apenas dejó un par de detalles y la sensación de estar muy lejos de su mejor versión.
Benzema marcó el 2-1 en el minuto 27, cabeceando un centro fantástico de Kroos en un libre directo. Creyó controlar el duelo el Madrid, pero nada más lejos de la realidad. Habrá que ver si Casemiro, Pogba -si llega-, Militao o Mendy son capaces de fortalecer el fútbol defensivo del Madrid, que volvió a quedar en evidencia con el 2-2 de Dirar. Un pelotazo, un despiste y otro gol más a la saca.
La segunda parte no desmereció el carácter esquizofrénico de la primera, buena cuenta dio Benzema en el 53' logrando su 'hat trick'. Esta vez, también de cabeza, pero a centro de Lucas Vázquez. Y del posible cuarto gol blanco (fallaron Benzema e Isco) se pasó al 3-3. Zapatazo de Tufan, escandaloso, con el que Lunin no pudo hacer nada. Se estiró, voló, pero el tercero ya contaba para entonces.
Sin tiempo para reaccionar, Nacho consiguió el 4-3 haciendo de '9', llegando al rechace. Entraron Rodrygo, Mariano o Kubo, y todos dejaron buenas sensaciones. Nuevas ilusiones para el madridismo, aunque el lugar de Mariano parece lejos del Bernabéu. De momento, tuvo tiempo de hacer el quinto, de sumar dos ocasiones claras y de rescatar parte de su felicidad. Lo hizo en un partido que se esfumó sin pena ni gloria para el Madrid, que está poniendo muy difícil a su gente ilusionarse para lo que está por venir.